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Hay una leyenda en Hollywood que dice que cuando se contaron los votos para el mejor actor en la primera ceremonia de los Premios de la Academia®, en 1929, quien recibió el premio fue una de las estrellas más populares de la pantalla de plata. Pero había un problema: el ganador, quien había estelarizado unas 24 películas y usaba el nombre de Rin Tin Tin, era un perro. Desesperados por evitar la...