La cultura juvenil se aceleró en la segunda mitad del siglo XX con desenfreno y estilo excesivo. Su héroe, el adolescente, vestía cuero y jeans, amaba la velocidad y la música a todo volumen, y se volvió sensacional, en parte, a través de las imágenes ardientes que se proyectaban en las pantallas de cine. Sin embargo, esos pioneros rebeldes sin causa pueden parecer pintorescos junto a los...