Una agente de la policía secreta chilena, entrenada en tortura y responsable de actos brutales contra opositores al régimen, vive una vida aburrida junto a su perro. La opresiva rutina de su hogar revela los miedos y frustraciones de una mente atormentada, proyectando su autodesprecio en los demás.

Las figuras de porcelana insinúan una realidad fría y cruel en este provocador corto nominado al Oscar®. Llevándonos al interior de una psique perversa plagada de visiones inquietantes, este retrato impresionista de una mujer monstruosa permanece en la mente mucho después de los créditos finales.