En Sibyl de Justine Triet, protagonizada por Gaspard Ulliel, Virginie Efira y Sandra Hüller, el caos equivale a deleite y lo éticamente incorrecto es estimulante. El psicoanálisis y el cine se unen en un juego erótico y peligroso que desdibuja la ficción y la realidad, escapando clasificación. 

El segundo largometraje de Neïl Beloufa es un espectáculo extravagante: una mezcla de suspense, comedia y melodrama rebosante de una extraña efervescencia. Al recordar a Fassbinder, su ambiente de los 70 hace que sea una excéntrica muestra de los disturbios políticos y la decadencia moral de Europa.