El detective de un hotel parisino, despedido tras un asesinato ocurrido en ese lugar, sigue investigando esa muerte con la ayuda de su sobrino, que es inspector, y su novia. Mientras tanto Jim Fox Warner, entrenador de box, reza para que su chico gane y, así, poder pagar lo que le debe a la mafia.
Détective, que en principio debía ser una película de género, nos sitúa en plenos años 80: el periodo de reinvención del cine de Godard. Esta obra cuenta con imágenes tan bellas como si de pinturas se tratase y logra fragmentar las convenciones cinematográficas, forjando nuevas críticas.