Para Marina, el género humano es extraño y lo considera repulsivo, así que guarda las distancias. Elige descubrir el misterio de la fauna humana, a través de las canciones de Suicide, de los documentales de mamíferos de Sir David Attenborough y la educación sexual que recibe de su amiga Bella.

Athina Rachel Tsangari cumple la promesa de la Nouvelle Vague griega con este inclasificable, raro y provocativo segundo film. La vida según Attenberg, una mirada inexpresiva a la disfunción familiar, el distanciamiento y la inexperiencia sexual, es también un comentario sobre la Grecia moderna.