En 1931, tras haber sido rechazado por Hollywood y bajo la presión de regresar a la Rusia estalinista, el cineasta soviético Sergei Eisenstein viaja a Guanajuato, México, para filmar una nueva película. Acompañado por su guía, Palomino Cañedo, experimenta los lazos entre el sexo y la muerte.
Peter Greenaway brinda otra espectacular celebración del sexo. Eisenstein en Guanajuato muestra un momento muy específico y poco conocido en la vida del legendario director ruso: el romance homosexual del cineasta dentro del contexto de la efervescente escena cultural mexicana de los años treinta.