Shinji Aoyama, una de las principales voces en el nuevo cine japonés, dirige esta saga sobre la memoria, el dolor y la redención. Filmada en crudo blanco y negro, la película comienza con el sangriento secuestro de un autobús en la zona rural de Kyushu.
El director japonés Shinji Aoyama ganó el premio FIPRESCI en Cannes por la épica Eureka, una obra magistral visual y emocionalmente impactante. Venerado durante mucho tiempo por los cinéfilos, este retrato psicológico del trauma y la curación se presenta en una restauración completamente nueva.