Cuando una fotografía de un decrépito castillo costero evoca una visión de su infancia sobre un encuentro con una misteriosa chica, Frederick se siente impulsado a investigar. Pronto descubre un surrealista y erótico mundo de vampirismo del que quizá nunca regrese.
Vagando de las ruinas de un castillo a las calles de París, los vampiros lascivos del clásico de Jean Rollin son visiones etéreas del eros. Lleno de pasiones que trascienden tiempo y espacio, este rompecabezas cinematográfico está envuelto por el perdurable arraigo de los recuerdos de la infancia.