Dos actrices están ensayando una obra de teatro durante un fin de semana en una casa de campo. Mientras camina por el bosque, uno desentierra algo extraño, una criatura del tamaño de un sello. La criatura se convierte en un objeto de deseo para las mujeres, desesperadas de poseerla.
Como parte de la retrospectiva dedicada a Bertrand Mandico, diríamos que esta sería la reinterpretación del Mago de Oz que hubiese dirigido Argento. Con sus característicos colores y carnosas texturas, nos muestra a dos mujeres que encuentran un extraño cuerpo fálico cubierto de pelo y saliva…