“Creo que la trilogía Pusher se trata de captar la autenticidad. Mi objetivo era que pareciera lo más real posible. […] Pero al final, me di cuenta de que nunca iba a conseguir una versión satisfactoria de eso. En cierto modo, el realismo mágico era mucho más interesante”. -Nicolas Winding Refn

A primera vista, la trilogía Pusher de Nicolas Winding Refn parece rebosar energía masculina, drogas y violencia, pero en realidad es una especie de tratado sobre la vulnerabilidad y la confusión. La trilogía comenzó con Pusher, el debut del venerado director danés, que también supuso el debut en un largometraje de uno de los actores más carismáticos de su generación: Mads Mikkelsen. Aunque la película ha adquirido desde entonces un estatus de culto, su renombre mundial solo se debió al éxito de su estreno en el Reino Unido. Además, las dos siguientes películas de la trilogía no estaban previstas en un principio, sino que se hicieron para saldar la deuda acumulada por la productora de Refn tras los malos resultados de taquilla de Fear X.

Siguiendo a tres personajes diferentes en medio de situaciones complicadas, y filmada con cámaras de mano en un estilo cinéma vérité, la trilogía retrata el mundo del crimen con un toque de realismo social. En su frenética descripción de los sombríos bajos fondos de Copenhague, estas películas ofrecen un impacto visceral y demuestran un notable dominio del género del thriller. Como una mirada a las profundidades de las emociones humanas, también representan una crónica convincente del dolor y la autodestrucción entre los mafiosos más rudos.