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La suya es una mirada que puede llegar al alma, un entrecerrar los ojos que dice más que mil palabras. Consciente del poder de la mirada desdeñosa de Clint Eastwood, Sergio Leone llena repetidamente la amplia pantalla de El bueno, el malo y el feo (1966) con nada más que los ojos de su protagonista. Hay que compadecerse del tonto que la recibe: la mirada de Clint es el preludio de la...