LA CLÁSICA SERIE ORIGINAL DE LARS VON TRIER, RESTAURADA Y REMASTERIZADA

En 1997, The Kingdom II tardó tres años en llegar a las pantallas de televisión danesas, lo que debió parecer una eternidad para el público que se quedó boquiabierto al ver el impactante final de la primera temporada. Cuando nos unimos a ellos en la inmediata secuela, nuestro variado grupo de médicos y administradores siguen discutiendo entre ellos, sin ser conscientes del profundo mal que surge de las entrañas del hospital embrujado favorito de Copenhague.

Entre temporada y temporada, el éxito de Lars von Trier había seguido creciendo con el estreno de Breaking the Waves (1996), un melodrama épico que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes y le valió una nominación al Oscar® a su actriz principal, Emily Watson. Al decidir cómo seguir una obra que la crítica local describió como “la mejor película danesa del siglo”, von Trier volvió a un territorio conocido, enriqueciendo aún más las mitologías de su fenómeno televisivo de culto.

En The Kingdom II, el cineasta adopta más plenamente los placeres de la televisión por episodios, introduciendo preparativos para gags que generalmente dan resultado en entregas posteriores. Si la primera temporada parecía ser un misterio de terror, aquí von Trier se adentra más en el territorio de la telenovela, aunque con un estilo inimitablemente irregular que se fue perfeccionando a lo largo de la primera temporada y durante la realización de Breaking the Waves.

Todo el proyecto Kingdom encuentra su corazón y su alma en el magnífico Udo Kier. El icono de culto encarna las dicotomías filosóficas de von Trier, personificando a la vez el bien y el mal. Estas dualidades se extienden a los magistrales cambios de tono de la serie, que se mueve ágilmente entre la farsa estimulante y el patetismo conmovedor. Von Trier mantiene una inminente sensación de temor a fuego lento, de camino a otro sorprendente final. Quizás el coro griego de lavavajillas en el sótano del hospital ofrezca la mejor descripción de esta superlativa temporada de secuelas: “¡Empieza como una tontería, pero termina como una maldad!”.