En 1995, dos hermanas se pararon junto a las vías ferroviarias con bolsas de compras, esperando que pasara el tren para arrojar agua y pan a los muchos inmigrantes ilegales viajando en el techo camino a la frontera entre México y Estados Unidos. Este fue el comienzo de Las Patronas.
El director mexicano Arturo González Villaseñor da un toque íntimo a su retrato grupal de Las Patronas: las mujeres que alimentan a los migrantes que viajan precariamente en tren. La película nos recuerda que la comida es uno de los medios más nutritivos y poderosos para expresar amor y solidaridad.