El hechizo del baile vuelve un anodino baño público en un altar de deseo extático y revolucionario en el corto de Nans Laborde-Jourdà, ganador de la Palma Queer en Cannes.Boléro deja hablar al cuerpo y usa la composición más conocida de Maurice Ravel como llamado a la liberación erótica y personal.