La representación del Julio César de Shakespeare llega a su fin y los artistas son recompensados con un arrebatador aplauso. Las luces se apagan; los actores abandonan el escenario y entonces, vuelven a sus celdas. Todos ellos son reclusos en la prisión de máxima seguridad de Rebibbia, en Roma.

Una obra que es parte documental, parte oda al poder del arte y quizás, la adaptación de Shakespeare menos convencional que exista. La exquisita Caeser Must Die de los hermanos Taviani ganó el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín.