Al dueño de un terreno de almacenado de tarimas industriales y reparación de camiones, apodado Mao por sus empleados árabes y africanos, le gusta que todos estén felices y productivos siempre y cuando esto no afecte sus resultados. Pero el acuerdo se malogra cuando Mao construye una mezquita.
Esta sutil observación de la experiencia de los migrantes franco-argelinos es el tercer largometraje de Rabah Ameur-Zaïmeche. Dernier Maquis, un drama en el estilo de Ken Loach, integra en el corazón de su historia temas difíciles como la creencia religiosa y los derechos de los trabajadores.