Por cuarenta lánguidos minutos vemos dormir al perezoso. A veces se mueve, pero principalmente cuelga o está en un estado indefinido entre ambas actividades. Del minimalismo de la imagen en blanco y negro pasamos a otras con separación tricolor que exageran su lentitud y sacuden nuestros sentidos.
En Now, At Last! Ben Rivers investiga la vida en cámara lenta al capturar un día en la vida de un perezoso. Cuando la lentitud es un modo de vida todas las acciones cotidianas, hasta las más mundanas, como tomar una siesta, se amplifican y se vuelven curiosamente dramáticas, incluso monumentales.