En las entrañas de una decadente San Petersburgo de mediados de los 90, Ivan, un yakut siberiano, cuida pacientemente su horno de fuego, ocupando su tiempo libre escribiendo una novela y mirando tranquilamente para otro lado mientras los mafiosos locales entregan cadáveres frescos para incinerarlos.

La sombra de la guerra afgana se cierne sobre The Stoker, mientras sobresale la fascinación de Aleksey Balabanov por la identidad. Ubicado en algún lugar entre el género del director y el arthouse, este regreso a los anárquicos años 90 de Rusia es un estudio sobre la moralidad y la pasividad.