“Creo que el enganche también está en la gran diferencia de verlas en 35mm a mirarlas en un televisor. Me encontré con otro mundo; había planos que yo no reconocía, ¡no lo podía creer! Pensaba, ¡qué bárbaro la profundidad que tiene este plano!; ¡la luz que tiene! Igual no me quedé a verlas, vi un poquito nada más. Lo que sí noté en términos generales es que las películas no han envejecido, mantienen el ritmo que yo quise que tuvieran cuando las hice. No se achancharon para nada y, bueno, con la respuesta del público, parece que funcionan.”